Columna de opinión revista revistaenergía.pe (Sept 2018)
¿Que tenemos en común los países mencionados en nuestro discurso histórico a través de decenas de años? . Tal como un grupo de jóvenes soñadores, nos dividen la contingencia producto de nuestra inmadurez y nuestras propias realidades individuales, pero nos une, principalmente en las reflexivas conversaciones de una noche de verano, la visión de un futuro próspero para todos, la visión de una vida feliz y el inocente “bypass” mental del sufrido camino individual para llegar a ese sueño.
En este caso, nuestro sueño se materializa en una palabra mágica: “Litio”.
Hemos descubierto que poseemos bajo nuestros suelos un material que se asocia indefectiblemente a tecnología, autos eléctricos, smartphones , energía solar, robots, drones, etc. Todo ello debido a que estas industrias del siglo XXI usan baterías cuyo elemento clave es el famoso Litio.
Entonces, como jóvenes inocentes, vislumbramos ingenuamente que tenemos una llave secreta y un regalo de Dios de poseer este privilegio, único. Hablamos del “triangulo del Litio”, del petróleo blanco, la Arabia Saudita del futuro, de posibles “carteles” de precios, de sumar fuerzas y tecnologías para convertirnos en el “Lithium Valley” del mañana.
La verdad sea dicha, como siempre pasa, el 90% de estas conversaciones son expresiones de deseos y no causan daño alguno, salvo cuando uno ya llegó a ese futuro y se da cuenta con cierta nostalgia y algo de dolor, que las cosas no fueron como las soñamos y no basta con desearlo, sino que hay que trabajar seriamente y enfrentarse con la dura realidad para lograr los sueños.
Seamos serios, ya no somos jóvenes inocentes y en cada uno de nuestros países hay profesionales, gente con conocimiento y científicos. La verdad señores hay que decirla y debiéramos comenzar desde allí: El Litio es tan abundante y económico como la sal. Está presente en toda la superficie del mundo , incluyendo el mar. Los recursos superan siglos de producción , incluso cuando todos los autos sean eléctricos. Las reservas pueden soportar hasta mil años de demanda. Nuestro triángulo del Litio es una ilusión basada esencialmente que es una zona donde la extracción es la más económica y por tanto, por allí se empieza; pero en 15 a 20 años más, si es que el Litio no se ha sustituido por otro material, habrá centenas de yacimientos en todo el mundo de donde será extraído, incluyendo el mar.
El Litio es clave, pero insignificante en lo económico para la mencionada industria del siglo XXI, como lo es el cuarzo a los relojes de cuarzo o el cacao para hacer un sofisticado chocolate belga.
Representa sólo un 4% del valor de una batería (con los altos precios actuales) y menos de un 1,5% del valor de un auto eléctrico. El Litio, es una materia prima y una industria primaria y sufrirá el destino de las materias primas, aun con su sexy nombre. Es un mercado pequeño, de apenas US$ 2.000-3.000 Millones globalmente el 2017 y que podría muy optimistamente superar los US$ 10.000 Millones el 2030 . Ello si llegamos al millón de toneladas de demanda y con un precio comparable al actual, lo último de lo cual es muy, pero muy difícil. En este escenario es un mercado ridículamente pequeño comparado con el petróleo o el cobre, incluso menor a los mercados de alimentos no procesados y mucho menor que los productos del mar. Hay que aclarar eso sí, que ello no significa que sea un negocio miserable. La verdad es que las compañías que lo producen y lo refinan, empresas mineras muy sofisticadas, ganan mucho dinero y tienen mucha influencia a nivel global, como la Chilena SOQUIMICH o la americana ALBEMARLE. Pero estamos hablando a nivel de países , de nuestros pueblos. En este nivel no mueve ni moverá la aguja.
Entonces, parece simple, fabriquemos las baterías, multiplicando por 25 nuestros ingresos en un mercado de US$ 50 mil millones actualmente.
Esa es justamente la trampa de los jóvenes inocentes con que comencé esta columna. Tener litio no tiene ninguna ventaja para hacer buenas baterías. Recalco, hacer buenas baterías, es decir; industrialmente para que compitan y ganen mercados, no sólo proyectos pilotos de baterías a cualquier costo, como se anuncian profusamente en la prensa de nuestros países cuando alguien lo hace con fondos del estado normalmente.
El Litio es un insumo para el denominado material activo (que es el real insumo para los cátodos de la celda de ion litio, con nombres crípticos referidos a su químico, como LFP o Litio Fierro fosfato; LCO o Litio cobalto óxido, NMC o Litio Níquel Manganeso Cobalto; NCA o Litio Níquel Cobalto Aluminio; LMO Litio Manganeso óxido). Todos tiene la palabra Litio, pero se agregan otros materiales, como Níquel, Manganeso, Aluminio o Cobalto (este último es un dolor de cabeza por lo escaso y caro).
El material activo, es una industria química donde hay que disponer de acceso a todos estos materiales (muchos no presentes en nuestros países) , más patentes y tecnologías. No es tan fácil, como tener litio y mágicamente implementar esta industria.
Fabricar una celda de Litio (no una, millones) es otra industria, tecnológica, donde se agrega a lo anterior otros insumos, como materiales de ánodos, electrolitos, foilds y sobre todo maquinaria robotizada y capital humano muy preparado. Entregar productos competitivos con garantías y soporte. Es el mercado de Panasonic, LG, Samsung , etc.
Por último, producir baterías, o packs de celdas es otro mundo, donde se agrega manufactura 4.0, robots , electrónica y un know-how industrial de primer nivel. Es el mercado de A123, Tesla, BYD, etc.
No hablaré del mercado de los dispositivos que usan baterías, como smartphones o autos eléctricos, por razones obvias.
La mala noticia, es que este desarrollo, en cualquiera de sus escenarios, no se facilita por poseer Litio. Se requiere inteligencia, educación, logística, seguridad de gobernabilidad, buena calificación de riesgo país, prestigio, capacidad industrial y comercial a nivel global, incentivos a la inversión, etc.
Ese es el verdadero trabajo y esfuerzo que los jóvenes no visualizan en su sueño y que sólo unos pocos de ellos alcanzarán a lo largo de los años.
Nuestros países, como los jóvenes, cantan victoria con mucha facilidad, pero la vida real no es así.
Hay muchos países que tienen materias primas muy valiosas, como Israel cuyo principal producto de exportación son los diamantes, o Noruega con el petróleo , pero cuya reconocida industria corre en un mundo paralelo.
Por último una reflexión muy personal respecto a cada uno de nuestros países. Bolivia, después de ya varios años de eslogans reivindicatorios de sus derechos sobre sus riquezas, habiendo creado una empresa nacional del Litio, y habiendo gastado cientos de millones de dólares, no ha producido aún ni una tonelada de carbonato de Litio, la materia prima, pero anuncia inundar el mercado alemán de baterías de Litio. Argentina , con una administración federal de los beneficios del Litio, tiene planes grandilocuentes de producir Litio, materiales activos, celdas y baterías simultáneamente, muy enfocada en la práctica del pilotaje con fondos públicos. Argentina, al menos es el tercer productor de Litio del mundo. Pero ¿cuáles condiciones estratégicas y geopolíticas le garantizarán tener éxito en su desarrollo industrial ambicioso? . No sólo subsidios es lo que se necesita para ello.
Chile, el segundo productor de Litio del mundo, el que en la práctica más dinero real gana hoy con el Litio, con la empresa minera de origen local más exitosa a nivel global por su productividad, ha estado enredado en problemas políticos, populistas, voluntaristas y emocionales donde el discurso exitista ha permeado la sociedad en una suerte de posverdad, viviendo una ilusión permanente de que ya llegarán los Chinos , Japoneses y Americanos a invertir miles de millones de dólares en el paraíso del Lithium-Valley, agregando a ello el haber invertido muchos recursos en centros tecnológicos orientados a hacer pilotos. Hay varios intentos fallidos no debidamente publicitados, para hacer el honesto “due-dilligence” con sus ciudadanos. Por último Perú, con la ilusión de un gran yacimiento ad-portas y por tanto, comenzando a contar el dinero que ello generará. Mi modesta sugerencia es : Háganlo bien desde el principio. Profundicen en el tema e inviertan bien su dinero estatal en buenas decisiones. Apóyense en la experiencia y por favor, no se cuenten cuentos.
Jaime Alée G.
ESK consulting
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